Lobby y Advocacy hecho simple

Es impresionante como las confusiones y desacuerdos entre estas estrategias de las relaciones públicas, no discriminan entre profesionales, aficionados e incluso páginas oficiales. Ejemplo de esto, es la contradicción entre la Comunidad Nacional Land Trust Network (NCLTN) y la Liga de Mujeres Votantes (LWV), que buscan definir en sus portales autorizados la diferencia entre “Lobbying” y “Advocacy”.

La NCLTN, establece que: “Todo lobista hace abogacía, pero no todo el que aboga está haciendo lobismo”, mientras la LWV, afirma: “El lobby es parte de la estrategia de advocacy”. Ante la disyuntiva, este informe tiene como fin simplificar ambos conceptos, para que en breve tiempo pueda ser procesado por todos sus estudiosos.

Previamente, es necesario comprender que estas palabras son extranjerismos, traducidos en algunas ocasiones, sin la orientación semántica necesaria, corriendo el riesgo de perder parte importante de su esencia, tal es el caso de “advocacy”, cuya interpretación al castellano como “activismo” o “incidencia política”, limita su significado original, además de complicar su proceso de entendimiento y diferenciación para el no-angloparlante.

Según el diccionario angloamericano WordWeb, se puede traducir Advocacy de forma literal como: “respaldar”, “defender” o “hablar a favor de”. Partiendo aquí, podemos establecerlo como, “el acto de informar o educar los públicos de interés de una determinada organización o grupo (comunidad empleados, inversionistas, socios, funcionarios gubernamentales y demás) sobre las bondades, acciones, necesidades y demandas de estos, con el propósito de obtener simpatías y crear buena reputación a favor del organismo o sociedad, en caso de tomarse en cuenta los legisladores para el envío de las comunicaciones, estas no deben solicitar su voto, ni tratar de influir en lo concerniente a una determinada ley”.

El advocacy, crea una reputación tan sólida para con sus públicos que allanan el camino, en caso de ser necesaria la implementación de acciones de lobby. El cabildeo, por su parte, es un conjunto de esfuerzos para influenciar de forma exclusiva en los legisladores locales o estatales, colaboradores y funcionarios gubernamentales en cuanto a la aprobación, modificación o no aceptación de una ley en particular que va en contra de los intereses del grupo o institución que representa.


Durante las acciones de lobbying, el publirrelacionista debe garantizar que la estrategia de advocacy no se descontinúe, por el contrario, en esta etapa, “hablar a favor de” la institución pasa a ser una herramienta del cabildeo, sin extralimitarse de sus características, tal como lo estableció la NCLTN.






Francisco Javier Ramos Núñez es licenciado en Ciencias de la Comunicación Social Mención Relaciones Públicas. Fundador y escritor de Ramos Entendidos. 

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