Comunicación y Comunidad: ¿Algo en Común?

Por: Francisco Javier Ramos Nuñez

Todos los principios de los seres humanos están ligados a los grupos, desde el primitivo nomadismo hasta el diario natalicio, sin embargo, no fue hasta la tercera década del siglo XX, cuando se estudió de forma científica, la vida en comunidad, el desarrollo en las redes trabajo, familia, amigos… donde los sujetos siempre son el epicentro.

Para 1935, también la comunicación había experimentado significativos avances científicos e ideológicos, la gente iba al cine, veía televisión, escuchaba la radio y hablaba por teléfono; habían surgido teorías y disciplinas como el Periodismo, las Relaciones Públicas e incluso el Public Affair. Estos insumos científico-ideológicos significarían nada de no haber aportado al desarrollo de las comunidades.
 
Algo llama la atención en todo esto, ambas “Comunicación y Comunidad” comparten la misma raíz etimológica: “común”. ¿Podría esta interrelación ir más allá de las cuestiones gramaticales?

Los  estilos de organización social tienen varios propósitos: sobrevivir, cumplir metas colectivas, evitar aislamiento, etc., podemos nombrar las estructuras tribales, patriarcales, monárquicas y comunistas; y saltar unas tantas hasta llegar al sistema de gobierno democrático representativo en el que vivimos hoy.

La permanencia de las personas en las estructuras más arriba nombradas, siempre ha sido condicionada por la necesidad, la fuerza, o los intereses de común crecimiento (o todas a la vez). El rey francés, Luis XVI, mientras perdía el poder en 1789, escribió en su diario con respecto a los sucesos importantes  en su reino, “nada”, y aunque refiriéndose a su cacería ese día, marco el principal precedente por mucho tiempo de que, quien no escucha al pueblo, puede perder hasta la cabeza, ¡He aquí una de las importancias de la comunicación para la vida en comunidad!

Si esto ocurrió con Luis hace más de 220 años, ¡Cuanto más se puede perder en el siglo 21! El avance de las tecnologías de la información, ha hecho de la comunicación algo vital para la creación y el mantenimiento del liderazgo, formación de grupos y bienestar de las comunidades. Lejos de cambiar, las cuestiones comunidad-comunicación han tomado más trascendencia que nunca en la historia, quien no interactúa, está condenado a quedar solo… y morir.

Aquí radica uno de los triunfos de las redes sociales, que al igual que en todas las sociedades, el capital es el individuo, son capaces de formar agrupaciones según profesión, sexo, edad, intereses, etc., los actores entienden que dicha interacción además de desarrollar el sentido de pertenencia, los nodos (personas) aprenderán para su desarrollo particular. Estas comunidades tienen poco que envidiar a cualquier otra.

Comunicarse es inevitable, afecta el desarrollo de grupos primarios (familia) y secundarios (sociedad), va más allá de la prensa, propaganda y publicidad; penetrando en los círculos institucionales públicos y privados a nivel administrativo.  Por tal razón, el cuarto presidente de Estados Unidos, James Madison dijo: “Un gobierno popular (yo agrego, cualquier organización) que no cuente con una información popular o con los medios de adquirirla, no es sino el prólogo de una farsa o de una tragedia, o acaso de ambas a la vez.

Finalmente, mientras permanezcan las comunidades, los que la conforman poseerán aspectos comunes que han de compartir, si la motivación del vinculo se disipa, se producirá la emigración a círculos donde los individuos se identifiquen con los intereses del mismo y estén dispuestos a adaptarse a las normas preestablecidas o de lo contrario, permanecer en la antinatural soledad. Si las sociedades, grupos o instituciones son un sistema con distintos órganos, la comunicación son los tejidos y las personas son las células. Como factor de éxito común, siempre existirá comunicación.


Bibliografía

1.      Fernández, Carlos. y Galguera, L. (2008) La comunicación humana en el mundo contemporáneo. México: McGraw-Hill Interamerica, ISBN-10:970-10-6642-1.

2.      Rodríguez, Ana. Comunicación en las Redes Sociales. España: Universidad de Salamanca. Disponible en: [http://goo.gl/1POJ5i].


3.      Castells, M. (1997). La era de la información: Economía, sociedad y cultura. España: Volumen I: La sociedad red. Alianza Editorial. Disponible en: [Ibíd].

4.      Fraser C. y Villet J. La comunicación clave para el desarrollo humano. (1992). Brasil. Disponible en: [http://goo.gl/pjUnYY].


5.      Harper D. United State. Disponible en: [http://www.etymonline.com/]. 






Francisco Javier Ramos Núñez es estudiante de Comunicación Social Mención Relaciones Públicas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Fundador y escritor de Ramos Entendidos. 
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